• Colección: Poesía

  • Páginas: 136 páginas

  • ISBN: 9789874970541

 

Contratapa

En Kleptopoesía, Hugo Sánchez se declara culpable. Lo hace incluso antes de cualquier acusación: en este libro no hay robo, ni siquiera de guante blanco. Como en una gran Babel encantada, acá los poetas bailan y Hugo baila con ellos en una danza con lobos. Es danza porque, como dijo Levertov, es el ritmo que le cabe al lenguaje poético. Funciona también como un teléfono descompuesto. No hay comunicación, es un intento. 

La poesía es un supermercado donde caben todas las palabras, y en el que llenamos el carrito de cosas que no sirven para nada. Así, hacemos el poema entre todos, con todos, en un entramado en el que Hugo tuerce los barrotes de la gramática y las formas habituales. “nosé/ algo así”, terminan algunos de sus textos. Ahí se coloca sin aspavientos ni tretas en la tradición de César Vallejo. Que la duda quepa. Y si querés un gran poeta, te recomendamos uno de acá, de Tolosa, que brilla como hielo en el ámbar líquido, como un diamante loco.

 

Marina Mariasch

Kleptopoesía - Hugo Emilio Sánchez

$16.000 $15.000
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En Kleptopoesía, Hugo Sánchez se declara culpable. Lo hace incluso antes de cualquier acusación: en este libro no hay robo, ni siquiera de guante blanco. Como en una gran Babel encantada, acá los poetas bailan y Hugo baila con ellos en una danza con lobos. Es danza porque, como dijo Levertov, es el ritmo que le cabe al lenguaje poético. Funciona también como un teléfono descompuesto. No hay comunicación, es un intento. 

La poesía es un supermercado donde caben todas las palabras, y en el que llenamos el carrito de cosas que no sirven para nada. Así, hacemos el poema entre todos, con todos, en un entramado en el que Hugo tuerce los barrotes de la gramática y las formas habituales. “nosé/ algo así”, terminan algunos de sus textos. Ahí se coloca sin aspavientos ni tretas en la tradición de César Vallejo. Que la duda quepa. Y si querés un gran poeta, te recomendamos uno de acá, de Tolosa, que brilla como hielo en el ámbar líquido, como un diamante loco.

 

Marina Mariasch